La persona que
tiene el problema tiene la obligación de traerlo a la luz cuanto antes.
Antes de sacar
el problema a la luz:
· Una discusión justa debe
comenzar con un examen personal del que tiene el problema, antes de decir nada
a tu pareja es importante resolver los sentimientos personales de uno mismo. Si
sólo es expresada la agresividad, y otros sentimientos son ocultados, entonces
la otra persona no le puede responder debidamente, porque se ha ocultado algo.
·
Presenta los
problemas a tu pareja con toda claridad de una manera muy concreta y describiendo cómo te afectan. No te dediques sólo a quejarte. Usa los siguientes formatos. “Me siento (por ejemplo enfadado) debido a (La manera que me siento humillado por ti en casa de tus
padres)”. La situación que se describa debe ser detallada, evitando
generalidades.
·
Nunca des por supuesto que sabes lo que tu compañero
está pensando hasta que te lo haya compartido. No des por sabido el cómo va a
reaccionar tu compañero/a o lo que aceptará o
rechazará.
·
Es importante
que los dos entendáis el problema que se presenta. El compañero que recibe
estos comentarios debe reflexionar y estudiarlos de forma asertiva, por ejemplo:
“acabo de oírte decir que te sientes...
debido a...”. Una vez esta persona haya reflexionado lo que se ha dicho,
debe realizar preguntas aclaratorias pidiendo detalles para entender con total
exactitud lo que su compañero quiere decir. Por ejemplo, “dime ¿qué es exactamente lo que te sienta mal?”. A continuación es fundamental que se muestre de acuerdo en lo posible, en las partes que en las
que vea que la otra persona tiene razón.
·
Cuando los dos
miembros de la pareja están de acuerdo con lo que se dice, el primero puede
continuar.
·
Recuerda que el punto de vista de la realidad
que tiene tu compañero/a es tan real como el tuyo, aunque no estéis del todo de
acuerdo. Existen tantas realidades como personas haya en la discusión.
·
Actuar de forma sarcástica es pelear sucio.
Posicionarse en el lugar de experto, o del que todo lo hace perfecto, o del
pobrecillo/a que todo lo sufre no es justo, revisa esas actitudes.
·
El compañero
que describe el problema debería tomar responsabilidad para ofrecer una posible
solución presentando los cambios que se pueden realizar, cambios que deben
afectar a ambos. Dichos cambios deberán ser negociados entre las partes.
·
Discutir las
opciones que consideréis necesarias pidiendo sugerencias o alternativas hasta
llegar a la propuesta que sea la más práctica (ni correcta ni incorrecta, sino
la más práctica y mejor para vosotros).
·
Una vez que
hayáis coincidido en una idea, seguid adelante hasta ver cómo la vais a llevar
a la práctica. Esto quiere decir que seréis capaces de responder claramente a las preguntas. Quién hará eso, cuándo y cómo.
·
No estaría mal
ponerse una fecha para volver a este problema para ver si el acuerdo está
funcionando, y ver si necesita cambiarse o realizar una puesta a punto.
·
Si la agresividad se
dispara y se pasa de discusión a pelea destructiva, cualquiera de los dos puede
pedir un tiempo muerto unilateral, sin que la otra persona pueda objetar.
El que pide este tiempo lo hace para ayudar a la pareja a recobrar la calma necesaria para poder HABLAR, nunca para castigar al otro. Cuanto más corto sea
este tiempo muerto mejor.
·
Olvídate del pasado y quédate en el aquí y en
el ahora. Lo que hicisteis el año pasado, o el mes pasado o..., no es
importante; lo que es importante es lo que estáis haciendo y sintiendo ahora.
Los cambios que a ti te gustarían no se pueden llevar a cabo sobre situaciones
pasadas. Ofensas, dolores e irritaciones deberían ser sacados a la luz desde un
principio, de lo contrario tu pareja podría sospechar que han sido guardados
para ser usados como objetos de guerra para hacer daño.
·
Lleva mucho tiempo el
adquirir la habilidad de discutir correctamente, durante el tiempo de
aprendizaje se comenten muchos errores. Cuando esto suceda, no se debe echar la
culpa al otro o rendirse, al contrario, lo mejor sería apoyarse en seguir encontrando soluciones e ir mejorando poco a poco.
·
Una discusión con
garantías, a veces lleva bastante tiempo. No siempre se puede discutir tan
pronto como el problema aparece (nunca con niños delante, o que se puedan
enterar; nunca con huéspedes delante, nunca con un tercero no invitado por ambos; no es conveniente con prisas, o en un lugar poco apropiado...). En estos
casos es bueno esperar a un momento más adecuado y buscarlo activamente.
Equipo FSH
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